Cuando te sientas inspirado por un gran propósito todo empezará a irte bien. La inspiración surge de volver al interior del espíritu y de conectarse con la intención. Cuando sientes la inspiración, lo que parecía arriesgado se transforma en un camino que te sientes obligado a seguir. Los riesgos desaparecen porque vas tras tu dicha, la verdad que existe en tu interior, el amor armonizado con tu intención. Si no sientes amor, no sientes la verdad, y tu verdad está envuelta en la conexión con el Espíritu. Por eso la inspiración constituye una parte tan importante de la realización de la intención de vivir con un propósito.
No se corre ningún riesgo por prestar atención a esa luz, que es tu saber. Combinando tu profundo saber con la fe que te proporcionará el Espíritu, te darás cuenta de que la fuerza de la intención está en pleno funcionamiento. Lo único que se necesita es confiar en ese saber interior.
Yo lo llamo FE, y no en un Dios externo que te proporcione un propósito, sino la fe en la llamada que escuchas desde el centro mismo de tu ser. Somos una creación infinita, divina, que toma la decisión de tener un propósito y de conectarte a la fuerza de la intención.
Todo gira en torno a la conexión armoniosa con tu Fuente. La fe elimina los riesgos cuando decides confiar en ese saber interior de tu propósito y convertirte en canal para que por ti fluya la fuerza de la intención.
"Quienes no han logrado acercarse a la verdad
han errado el propósito de vivir...
De lo único que tienes que ocuparte en la vida
es de lograr la comprensión..."
NAMASTE NAMASKAR
"Nos vemos mañana"
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